Cuidamiau es un hotel de gatos en donde todo está pensado y diseñado para ellos y que nace de la necesidad de ofrecer a los gatos un lugar en donde poder sentirse cómodos, seguros y entendidos cuando no pueden quedarse en sus casas con sus tutores.
Las diferentes estancias en función de las necesidades de cada gato, la sala de juegos y zona común (pionera en hoteles felinos), la atención individualizada y nuestro profundo amor hacia los animales en general y los gatos en particular, hacen de Cuidamiau un entorno de tranquilidad y confianza para los gatos, en donde lo primero siempre es y serán ellos.
Porque no somos un hotel de gatos, somos Cuidamiau
En Cuidamiau tenemos muy presente que a pesar de que los gatos comparten características propias de la especie, cada gato tiene su propia personalidad.
Nuestro trabajo se basa en conocer la personalidad del gato e intentar adaptarnos a ella. ¿Por qué hacemos esto? Porque respetamos profundamente la manera de ser que tiene cada individuo.
Al igual que no hay dos personas iguales no hay dos gatos iguales y por eso no podemos tratarles de la misma forma ni pretender que actúen todos igual.
Es por eso que dejamos que sean ellos los que marquen el ritmo. Su mirada y su lenguaje corporal, nos dan las pautas para saber lo que necesitan en cada momento y así nos podemos adaptar a sus necesidades.
Una de las frases que más repetimos en Cuidamiau es que los gatos son animales terriblemente sinceros. Un gato jamás demostrará cariño si no lo siente de verdad al igual que si “ataca” lo hace por alguna razón, habiendo dado señales antes, pero seguramente no supimos verlas.
Así que, en resumen, trabajamos con ellos desde el respeto, sin forzarles a nada, dándoles tiempo y su espacio para que se relaciones con nosotros como verdaderamente les apetezca y así poder formar un buen vínculo afectivo con ellos.
Desde siempre me han apasionado los animales, pero por circunstancias de la vida decidí dedicarme profesionalmente a la música, concretamente al violín. Me gustaba tanto todo lo relacionado con los animales y su cuidado que entre concierto y concierto, mientras trabajaba con varias orquestas sinfónicas, fui formándome en diferentes áreas relacionadas con los animales: psicología felina y canina, cuidadora de animales en albergues, terapia asistida con animales…Y hubo un día en el que mi vida cambió para siempre, fue el día en el que vi la fotografía de un gato que estaba en adopción, el día en el que adopté a Hobbit, “mi” primer gato.
Era un gatazo negro, de unos ojos verdes como pocas veces vi, triste y cruelmente desungulado, que acababa de llegar al refugio. Y fue una adopción a ciegas, solamente por “esa” foto.
Tenía muchas dudas sobre cómo convivir con un gato, pero Hobbit me las fue despejando todas, porque fue el mejor maestro que la vida me pudo poner en el camino y me enseñó tanto, que nunca podré agradecerle todo lo que me dio en el poquito tiempo que estuvimos juntos.
Hobbit me hizo cambiar el modo en el que yo veía a los gatos hasta ese momento y me abrió los ojos por completo. Vivir con él fue el empuje necesario para que empezara a estudiar detenidamente el comportamiento de los gatos y me metí de lleno en el mundo del cuidado y etología de estos pequeños felinos, los gatos.
Tiempo después, comencé a cuidar gatos a domicilio de manera profesional y ahí empecé a cuestionarme muchas afirmaciones que se daban por ciertas sobre los gatos. Gracias a esto ,empecé a darme cuenta de que no todos los gatos llevan bien quedarse en casa cuando sus tutores no están y que son muchos los factores que influyen en esto: edad del gato, carácter, enfermedades, experiencias anteriores…
Después de comprobar que había muchos gatos que lo pasaban verdaderamente mal al no estar sus tutores en casa, empecé a valorar la idea de crear un hotel sólo para gatos.
Fueron muchas las vueltas que tuve que dar y me encontré con medio millón de problemas e inconvenientes para poder crear un hotel felino tal y como yo quería, pero mi cabezonería pudo
ganar a todas las trabas que fueron apareciendo por el camino y por fin pude materializar mi idea y crear el primer Hotel-Guardería para gatos de Asturias.
Mi pequeño homenaje a Hobbit es tener la fotografía que me llevó a adoptarle presidiendo los hoteles Cuidamiau, para que cuando entréis al hotel, podáis sentir la mirada de mi gato, la que hizoque mi vida cambiara para siempre.
Aunque Laura es la fundadora de los hoteles y la cara más visible, también encontraréis a otras personas que aman profundamente a los gatos y cuyo objetivo es hacer que la estancia de los gatos en los hoteles sea lo más confortable posible, intentando ofrecer a cada huésped lo que necesita en cada momento.
Los gatos de este hotel-guardería están acostumbrados a un ambiente relajado y quieren que continúe siendo así.
Dicen que si los humanos quieren hablar pueden hacerlo, pero mejor que sea en un tono bajito y que si vienen niños, que por favor no les den gritos ni les intenten tocar si ellos no quieren, que eso no les gusta nada.
Atentamente: Los Huéspedes de Cuidamiau